Desde su victoria electoral en junio, Sheinbaum ha visto la volatilidad del peso mexicano y una economía que se desacelera. El Banco de México prevé un crecimiento para 2024 del 1.5%, bastante menor que el 3.2% del año anterior. En este contexto, expertos subrayan la importancia de mejorar la infraestructura energética, de transporte y suministro de agua, para facilitar la relocalización de empresas hacia México. Según el presidente del grupo financiero BBVA, resolver estos cuellos de botella sería clave para aumentar significativamente la inversión extranjera directa.
El primer gran desafío para Sheinbaum será presentar un presupuesto que transmita confianza en la gestión de las finanzas públicas. Con un déficit fiscal cercano al 6% del PIB, se busca reducirlo, aunque se descarta un aumento de impuestos. Expertos, como Sergio Cárdenas del ITESO, señalan que reducir el déficit a 3.5% en un solo año puede ser poco realista, sugiriendo una reducción progresiva. A su vez, la seguridad se posiciona como un elemento crucial, ya que impacta en la confianza de inversionistas y la economía en general. La presencia de crimen organizado en sectores como la minería y exportación agrícola añade complejidad a este panorama.