La pensión constituye una prestación económica diseñada para proteger a los trabajadores en caso de accidentes, enfermedades o al alcanzar la edad de retiro. En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), existen dos opciones principales para quienes desean continuar cotizando y acumulando semanas después de dejar un empleo formal: las Modalidades 10 y 40. Ambas ofrecen beneficios específicos, y la elección entre una u otra dependerá de las necesidades particulares de cada persona.
La Modalidad 10 está orientada a trabajadores independientes y les permite acceder a beneficios similares a los de los trabajadores asalariados. Incluye servicios médicos, hospitalarios y farmacéuticos, así como pensión por cesantía, retiro y vejez. Además, contempla prestaciones sociales como guarderías y servicios funerarios. Para inscribirse, es necesario no estar afiliado al régimen obligatorio, contar con Registro Federal de Contribuyentes, CURP y NSS, y realizar el trámite en línea a través del portal del IMSS.
Por otro lado, la Modalidad 40 se enfoca en quienes desean incrementar su pensión. Ofrece la posibilidad de continuar realizando aportaciones voluntarias con un salario superior al previamente cotizado, mejorando así el promedio salarial de los últimos cinco años y aumentando el número de semanas cotizadas. Este régimen aplica únicamente para…
Elegir la modalidad adecuada puede marcar la diferencia en el monto de tu pensión.
