El Gobierno español ha puesto fin de forma definitiva a la posibilidad de obtener permisos de residencia mediante la compra de bienes inmuebles. Esta decisión, efectiva desde el 3 de abril, pone fin a una política que estuvo en vigor desde 2014, creada durante la crisis económica para atraer inversión extranjera a través de las conocidas como golden visa. El mecanismo permitía a extranjeros no pertenecientes a la Unión Europea obtener la residencia si invertían al menos 500,000 euros en una propiedad sin cargas hipotecarias. Además, también se aplicaba a quienes destinaban millones a deuda pública, acciones de empresas españolas o fondos de inversión registrados en el país.
Desde su implementación, se concedieron 22,430 permisos bajo este esquema, concentrándose el 93% en solo siete provincias: Barcelona, Madrid, Málaga, Alicante, Baleares, Girona y Valencia. La mayoría de los beneficiarios provenían de China, Rusia, Ucrania y Reino Unido, siendo estos dos últimos considerados europeos no comunitarios tras el Brexit. El modelo se aceleró especialmente tras la pandemia, con un máximo histórico de 5,425 visados en 2023.
El Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez justificó la derogación al señalar que esta figura contribuye al tensionamiento del mercado inmobiliario, especialmente…