Las acciones chinas han entrado en fase de corrección, acumulando una caída del 10% desde sus máximos recientes. El índice CSI 300, que sigue a las principales empresas que cotizan en Shanghái y Shenzhen, cerró con una baja del 0.63%, situándose en 3,831.59 puntos. A lo largo de las operaciones intradía, el índice llegó a registrar un retroceso de hasta un 14%, lo que resalta la creciente volatilidad que afecta a los mercados chinos.
Desde finales de septiembre, las acciones chinas han mostrado una marcada volatilidad. El optimismo generado por una serie de medidas de estímulo impulsadas por el banco central de China logró que el índice CSI 300 subiera un 30% en tres semanas, pero ese repunte ha perdido fuerza debido a la falta de detalles sobre futuros estímulos económicos. Los inversionistas están cada vez más impacientes por la falta de un plan de gasto fiscal por parte del gobierno central, lo que ha enfriado el entusiasmo inicial.
La incertidumbre sobre si Beijing implementará medidas fiscales más agresivas para estabilizar la economía está aumentando la volatilidad en los mercados bursátiles. Aunque una caída del 10% marca típicamente una corrección técnica, el significado de este movimiento se diluye en un contexto donde los mercados chinos han mostrado movimientos extremos en poco tiempo. A pesar del breve repunte de septiembre, los inversionistas siguen indecisos sobre si este fue un punto máximo o si aún queda espacio para obtener más ganancias en el corto plazo.
Una próxima conferencia de prensa del ministro de Vivienda de China, Ni Hong, es uno de los eventos clave que los inversionistas están monitoreando de cerca. Se espera que el gobierno chino anuncie nuevas medidas para apoyar al debilitado sector inmobiliario, uno de los principales causantes de la desaceleración económica…