Una nueva ofensiva fiscal del Servicio de Administración Tributaria pondrá a prueba la resiliencia de las empresas a partir de 2026. La reforma al Código Fiscal de la Federación (CFF) propone que, si una operación es cuestionada, el contribuyente deberá demostrar su veracidad en un plazo máximo de cinco días hábiles, o de lo contrario, el SAT podrá suspender de inmediato sus sellos digitales, lo que paralizaría su facturación y operaciones.
De acuerdo con Luz María Guerra, directora de la firma Sistema Inteligente de Administración y de Control (SIAC), esta iniciativa amplía el alcance del artículo 69-B del CFF, utilizado actualmente para identificar empresas que facturan operaciones simuladas (EFOS). El cambio más relevante es que ahora el SAT no necesitará demostrar que toda una empresa es una facturera: bastará con cuestionar una sola operación específica, incluso si involucra montos millonarios entre compañías legítimas.
El proceso comenzará con una notificación formal. A partir de ese momento, la empresa tendrá solo cinco días para reunir pruebas irrefutables —como contratos, correos, entregables o fotografías— que demuestren la materialidad de la transacción. Mientras tanto, los sellos digitales serán suspendidos de manera preventiva, dejando al contribuyente imposibilitado para emitir…