La inversión extranjera es clave para el desarrollo económico de cualquier país, pero no todas las inversiones tienen el mismo impacto. Dos formas comunes de participación de capital extranjero son la Inversión Extranjera Directa (IED) y la Inversión de Cartera. Aunque ambas son necesarias para el crecimiento, sus efectos y riesgos son muy diferentes.
La Inversión Extranjera Directa (IED) se refiere al establecimiento de negocios en un país, ya sea a través de la compra o apertura de nuevas empresas, infraestructura o la reinversión de utilidades. Implica un compromiso a largo plazo, creando empleos y desarrollando el mercado local. En México, estos datos son proporcionados por la Secretaría de Economía y se desglosan trimestralmente. Solo en los primeros seis meses de 2024, México recibió 31,096 millones de dólares en IED, un crecimiento del 7% anual. La IED no solo significa la llegada de capital, sino un impulso real al crecimiento económico y social, a través de la creación de empleos, capacitación de personal, y desarrollo de infraestructura. Sin embargo, también implica asumir riesgos políticos, de tipo de cambio y regulatorios para los inversores.
Por otro lado, la Inversión de Cartera involucra la compra de bonos gubernamentales por parte…