En un contexto de crecientes debates sobre el impuesto extraordinario que el gobierno español quiere hacer permanente para las empresas energéticas, se ha comenzado a discutir la posibilidad de exenciones para las compañías que apuestan por energías renovables. Fuentes cercanas a las negociaciones en el Congreso de los Diputados han señalado que esta opción está ganando fuerza entre los partidos políticos, quienes buscan encontrar un equilibrio entre la recaudación fiscal y el impulso a las energías limpias.
El impuesto extraordinario a las energéticas, que actualmente grava un 1.2% de los beneficios de las grandes empresas del sector, podría continuar afectando a compañías como Iberdrola, Repsol, Naturgy, Endesa y Cepsa, pero con exenciones o reducciones en función de su inversión en energías verdes. Aquellas que demuestren una mayor proporción de energía renovable en su producción anual podrían beneficiarse de una reducción en el impuesto, mientras que las empresas más dependientes de combustibles fósiles seguirían enfrentando el gravamen completo.
Entre las propuestas está la de permitir que empresas con un fuerte componente de energías limpias paguen menos o incluso queden exentas del impuesto. Esto no solo beneficiaría a Iberdrola, que tiene una gran apuesta por la energía eólica y solar, sino que también podría incentivar a Repsol y Cepsa a avanzar más rápido en la transición hacia el hidrógeno verde y otras fuentes de energía renovable.
Sin embargo, María Jesús Montero, ministra de Hacienda, y su equipo han mostrado reservas sobre estas exenciones. Temen que, al incluir criterios verdes, la recaudación fiscal se vea considerablemente afectada. Esto se debe a que muchas empresas ya están invirtiendo en proyectos verdes y podrían alegar que cumplen con los criterios de exención, lo que reduciría los ingresos fiscales que el gobierno ha logrado recaudar a través de este impuesto extraordinario…