Global Minimum Tax: Implicaciones y Perspectivas para México

El régimen de Impuesto Mínimo Global (Global Minimum Tax, GMT) ha surgido como una de las reformas fiscales más significativas de los últimos tiempos, con el objetivo de garantizar que las grandes empresas multinacionales paguen un nivel mínimo de impuestos independientemente de dónde operen. Este cambio es parte del proyecto BEPS (Base Erosion and Profit Shifting) de la OCDE, que busca combatir la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios hacia jurisdicciones con baja o nula tributación.

El origen de esta iniciativa puede rastrearse hasta 2013, cuando la OCDE y el G20 lanzaron el proyecto BEPS. Sin embargo, el impulso decisivo para el GMT vino en 2021, cuando más de 140 países acordaron un plan detallado para implementar un impuesto mínimo global del 15%. Este acuerdo fue formalizado en el marco del “Pilar Dos” del plan BEPS.

La implementación del GMT implica que las multinacionales con ingresos superiores a 750 millones de euros deberán pagar al menos un 15% de impuestos sobre sus beneficios en cada país donde operen. Esto se logrará mediante la “Income Inclusion Rule” (IIR) y la “Undertaxed Payments Rule” (UTPR), que permiten a los países de origen de las multinacionales imponer impuestos adicionales si los beneficios no han sido suficientemente gravados en las jurisdicciones donde se generaron.

Impacto en México

México, como miembro activo de la OCDE y firmante del acuerdo BEPS, se enfrenta a importantes desafíos y oportunidades con la implementación del GMT. La adopción de estas reglas requerirá ajustes significativos en la legislación fiscal nacional para alinearse con los nuevos estándares internacionales.

El impacto potencial del GMT en México es multifacético:

1. Recaudación Fiscal: Se espera un aumento en la recaudación fiscal, ya que las multinacionales que actualmente aprovechan las lagunas fiscales para reducir su carga impositiva en México estarán sujetas a un nivel mínimo de tributación. Esto podría traducirse en ingresos adicionales significativos para el país.
2. Atracción de Inversiones: Si bien un impuesto mínimo global podría disuadir a algunas empresas de utilizar estrategias agresivas de planificación fiscal, también podría nivelar el campo de juego, haciendo de México un destino más atractivo para inversiones que buscan estabilidad y previsibilidad fiscal.
3. Ajustes Legislativos: México necesitará revisar y posiblemente reformar su legislación fiscal para cumplir con los requisitos del GMT. Esto incluirá la implementación de la IIR y la UTPR, así como la adaptación de los procedimientos de declaración y pago de impuestos.
4. Impacto en Empresas Locales: Las empresas mexicanas con operaciones internacionales también se verán afectadas, ya que deberán asegurarse de cumplir con las nuevas reglas de tributación mínima en todos los países donde operan.
5. Transparencia y Cumplimiento: La adopción del GMT requerirá un fortalecimiento de los mecanismos de transparencia y cumplimiento fiscal. Esto implica una mayor cooperación internacional y el intercambio de información entre las autoridades fiscales de los diferentes países.

Desafíos y Preparativos

México enfrenta varios desafíos en su camino hacia la implementación del GMT. Entre ellos se incluyen la necesidad de mejorar la capacidad administrativa de la autoridad fiscal para manejar las complejidades del nuevo régimen y la coordinación con otras jurisdicciones para garantizar una implementación armonizada.

Además, las empresas deben prepararse para cambios significativos en sus estrategias fiscales y operativas. Esto incluye la revisión de sus estructuras de precios de transferencia, la evaluación del impacto del GMT en su carga fiscal efectiva y la adaptación de sus sistemas de contabilidad y reporte para cumplir con las nuevas normas.

El Impuesto Mínimo Global representa un cambio trascendental en el panorama fiscal internacional. Para México, ofrece una oportunidad para aumentar la recaudación y mejorar la equidad fiscal, aunque también plantea desafíos significativos en términos de implementación y cumplimiento. Con una planificación cuidadosa y una colaboración estrecha con la comunidad internacional, México puede navegar con éxito este nuevo régimen fiscal y asegurar beneficios sustanciales para su economía.