La propuesta de la administración de Joe Biden de prohibir la tecnología china en los autos que circulan en Estados Unidos ha generado preocupación en la Secretaría de Economía (SE) de México. La medida, que busca restringir el uso de software y hardware chinos en automóviles conectados a internet, está motivada por razones de seguridad nacional, según el gobierno estadounidense. Sin embargo, para México, que tiene una relación estrecha con la industria automotriz de Estados Unidos, la prohibición plantea una amenaza considerable.
En una carta enviada al Departamento de Comercio (DOC) de Estados Unidos, la SE ha expresado que esta restricción podría convertirse en una barrera comercial, interrumpir las cadenas de suministro y aumentar los costos de producción de los automóviles ensamblados en México. Muchos de los componentes de estos vehículos provienen de China, por lo que la prohibición encarecería los costos operativos y afectaría la competitividad de los automóviles mexicanos en el mercado estadounidense. Este impacto podría provocar una reducción en el empleo tanto directo como indirecto dentro de la industria automotriz.
Además, fabricantes de automóviles y tecnología en Estados Unidos han solicitado al gobierno de Biden que revise la propuesta y conceda más tiempo a las industrias para adaptarse antes de que las nuevas normas entren en vigor. Estos grupos argumentan que, de no hacerlo, las consecuencias afectarán no solo al comercio internacional, sino también a la industria nacional estadounidense.
Esta propuesta forma parte de un plan más amplio del gobierno de Biden para reducir la presencia de tecnología china en Estados Unidos. La medida busca frenar la entrada de autos fabricados por empresas chinas, como BYD, que recientemente anunció la construcción de una planta en México. Sin embargo, la prohibición también podría incentivar a las empresas chinas a explorar nuevas rutas comerciales hacia México, una…