El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha intensificado la verificación de la materialidad de las operaciones, exigiendo a los contribuyentes que acrediten la existencia real de sus transacciones para que los gastos puedan ser deducibles. Esto responde a la estrategia del gobierno de incrementar la recaudación sin subir impuestos, estableciendo requisitos más estrictos para la deducción de gastos.
Desde 2020, las modificaciones al Código Fiscal de la Federación (CFF) han reforzado la exigencia de que las transacciones tengan materialidad, justificación de negocio y sustancia económica, elementos que el SAT analiza en auditorías fiscales. Esto es especialmente relevante en contratos relacionados con prestación de servicios, préstamos y operaciones entre partes vinculadas.
Para que un gasto pueda deducirse, el SAT requiere que:
Esté vinculado directamente con la actividad principal del contribuyente, conforme a su objeto social y constancia de situación fiscal. Sea necesario para el desarrollo de su negocio y su continuidad. Su falta afecte de manera significativa la operación de la empresa. Proporcione un beneficio tangible y medible. El monto sea razonable y proporcional en relación con la actividad del contribuyente.
Cuando se trata de servicios prestados, el SAT exige requisitos adicionales:
El…