Desde febrero de 2025, los anuncios del gobierno estadounidense sobre la imposición de nuevos aranceles han encendido las alertas en el comercio internacional. Esta estrategia, impulsada por la administración de Donald Trump, busca reducir la dependencia de bienes importados, especialmente en sectores considerados estratégicos, fortalecer la producción nacional y corregir desequilibrios comerciales con países como México, Canadá y China. Además de sus fines económicos, estas medidas se relacionan con objetivos políticos como el control migratorio y la lucha contra el fentanilo.
Los aranceles son impuestos aplicados a las importaciones y, aunque representan una fuente de ingresos, también actúan como barreras comerciales. Su incremento puede beneficiar a sectores locales, pero también distorsiona la eficiencia económica, afecta la competencia, eleva precios y suele desencadenar represalias comerciales. Tal es el caso de Canadá y China, que ya evalúan medidas de retaliación.
De acuerdo con el U.S. Department of Treasury, EE.UU. recaudó miles de millones de dólares por concepto de aranceles en 2023. Según el U.S. Census Bureau, en 2024 el país importó bienes por varios billones de dólares, de los cuales el 42% provino de México, China y Canadá.
Según el Peterson Institute for International Economics, los nuevos aranceles…