El manejo eficiente de las deducciones fiscales es crucial para cualquier empresa, ya que puede marcar una diferencia significativa en el pago del Impuesto sobre la Renta (ISR). Un elemento clave en este ámbito es el concepto de «erogaciones estrictamente indispensables», que no se limita a la descripción que aparece en los comprobantes fiscales (CFDI), sino que se centra en la operación misma que generó el gasto. Según la jurisprudencia IX-P-2aS-375 emitida por el Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), para que una erogación sea deducible, debe ser necesaria para el desarrollo de las actividades empresariales.
En términos fiscales, una erogación se refiere a cualquier salida de recursos monetarios que realiza una empresa o persona para cumplir con sus obligaciones o para llevar a cabo actividades relacionadas con su operación. Esto incluye desde sueldos, compra de bienes, gastos de mantenimiento, hasta inversiones en tecnología o infraestructura. Sin embargo, para ser deducibles, estas erogaciones deben considerarse estrictamente indispensables, lo que significa que deben estar vinculadas directamente con la generación de ingresos y con el objeto social de la empresa.
Por ejemplo, si una empresa de manufactura decide invertir en un sistema de seguridad avanzado para proteger su inventario…
El correcto manejo de las erogaciones puede impactar directamente en la carga fiscal anual de una empresa.
