El aguinaldo, una prestación con raíces históricas que se remontan al Imperio Romano, ha evolucionado hasta convertirse en un derecho laboral reconocido en México desde la Ley Federal del Trabajo de 1970. Originalmente, este beneficio se institucionalizó como un pago mínimo equivalente a 15 días de salario, reflejando avances significativos en la protección de los derechos de los trabajadores.
Recientemente, se ha propuesto en el Congreso de la Unión aumentar esta prestación a 30 días de salario, lo que representaría un cambio trascendental para los empleados y el panorama laboral. Este aumento, aunque beneficioso para los trabajadores, también implica retos sustanciales para las empresas, especialmente para las pequeñas y medianas (pymes), que constituyen más del 99% del tejido empresarial y generan el 70% de los empleos formales en el país.
El origen del aguinaldo se remonta a la tradición romana de los “strenae”, regalos de buena suerte ofrecidos en honor a Strenia, diosa de la fortuna, como símbolo de buenos deseos para el nuevo año. En México, esta práctica evolucionó y se consolidó como una obligación legal en la Ley Federal del Trabajo de 1970, estableciendo un pago obligatorio a los trabajadores antes del 20 de diciembre de cada año…
El aumento del aguinaldo busca fortalecer el poder adquisitivo, pero también implica retos financieros.
